La primera ejecución judicial de la que se tiene noticia en EE.UU. fue la del capitán George Kendall, ajusticiado por los británicos en 1608 acusado de espionaje.
En 1968 se produjo una moratoria de diez años para su aplicación y en 1972 el Tribunal Supremo decidió por cinco votos contra cuatro, que la forma arbitraria en que se aplicaba constituía una violación de la Constitución.
Sin embargo, en 1976 el mismo tribunal restableció la pena capital al dictaminar por siete votos contra dos su constitucionalidad en caso de homicidio. Desde ese año y hasta mayo de 2008 han sido ejecutados 1.115 presos.
La ejecución más reciente fue el 31 de julio en el estado de Texas, donde murió por inyección letal Larry Donnell Davis, de 40 años, acusado de planear y participar en un asalto que terminó con la muerte a puñaladas de un hombre hace 13 años.
La pena de muerte está en vigor en 36 de los 50 estados de la Unión. No se aplica en Alaska, Dakota del Norte, Hawai, Iowa, Maine, Massachusetts, Michigan, Minesota, Nueva Jersey, Nueva York, Rhode Island, Virginia Occidental, Vermont, Wisconsin y el Distrito de Columbia.
El método más habitual para llevar a cabo las ejecuciones es la inyección letal.
Nebraska era el único estado donde todavía se usaba la silla eléctrica para ajusticiar a los reos, pero el pasado mes de febrero el Tribunal Supremo prohibió su uso por considerar ese método anticonstitucional.
Tras una moratoria que duraba desde 1963, el Gobierno Federal se sumó en junio de 2001 a los países en la aplicación de la pena capital, con las ejecuciones del terrorista Timothy McVeigh y del narcotraficante Raúl Garza.
Los siguientes fueron los principales acontecimientos vinculados a la pena de muerte desde que fuera restablecida en EE.UU. en 1976.
1977: Un pelotón de fusilamiento en Utah ejecuta a Gary Gilmore poniendo fin a una moratoria de 10 años. Oklahoma se convierte en el primer estado que adopta la inyección letal.
1982: Ejecutan a Charles Brooks en Texas y se convierte en el primero que recibe una inyección letal.
1984: Velma Barfield, en Carolina del Norte, es la primera mujer ejecutada desde 1976.
1986: El Tribunal Supremo de EE.UU. prohíbe la ejecución de personas consideradas mentalmente incapacitadas.
1994: El presidente Bill Clinton promulga una ley que castiga con la pena de muerte una serie de delitos federales.
1995: La Cámara de Representantes aprueba limitar a un año las apelaciones a sentencias de muerte.
1999: Son ejecutadas 98 personas en EE.UU., el número más alto desde 1951.
2000: Una encuesta muestra que la pena de muerte cuenta con el respaldo de un 66 por ciento de la población, su nivel más bajo de aprobación en 19 años.
2001: Ejecutan a Timothy McVeigh por el atentado perpetrado en 1995 contra un edificio federal en Oklahoma City en el que murieron 168 personas. Ese mismo año es ejecutado Juan Raúl Garza, el segundo desde 1963 por un crimen federal.
2003: El gobernador de Illinois otorga su clemencia a 167 condenados a muerte por considerar que muchas de las condenas en ese estado fueron aplicadas de forma errónea.
2005: Carolina del Norte aplica el castigo a Kenneth Lee Boyd, el ejecutado número 1.000 desde 1976.
2007: El Tribunal Supremo accede en septiembre de ese año a considerar el caso de dos condenados a muerte que alegan que la inyección letal es un método cruel e inhumano. En ese año fueron ejecutados 42 asesinos, el número más bajo desde 1994, cuando el castigo fue aplicado a 31 convictos.
2008: El Supremo dictamina en abril que la inyección letal es un método aceptable constitucionalmente, lo que pone fin a una moratoria en la pena de muerte iniciada en 2007. El asesino Larry Donnell Davis es ejecutado en Texas convirtiéndose en el asesino número 1.115 desde 1976.
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